La artroscopia de hombro es una alternativa para la cirugía «abierta», que expone completamente la articulación del hombro. El grupo de músculos y tendones que cubren la articulación del hombro recibe el nombre de manguito de los rotadores. Son los que sostienen el brazo y ayudan a mover el hombro, y cuando se sobrecargan o lesionan pueden desgarrarse.
Para la realización de una artroscopia de hombro es aplicada anestesia general a la mayoría de pacientes, pero también se puede aplicar anestesia regional (bloqueo) para mejorar el dolor del posoperatorio.
Tras la anestesia el cirujano procede a la intervención introduciendo el artroscopio a través de una pequeña incisión. El especialista examina primero, con ayuda de la cámara, los tejidos y el área por encima de la articulación. Posteriormente, repara los tejidos dañados a través de 1 a 3 incisiones más pequeñas, a través de las cuales introduce otros instrumentos.
Reparación del manguito rotador
Cirugía para el síndrome de compresión subacromial
Cirugía para la inestabilidad del hombro
El periodo de recuperación tras una artroscopia de hombro oscila entre 1 y 6 meses, dependiendo del tipo de intervención. El paciente suele usar un cabestrillo durante la primera semana, o un tiempo mayor si la reparación ha sido mucha.
Además de algún medicamento para el dolor, en muchos casos se recomienda la fisioterapia, para ayudar a recobrar el movimiento.
Recuperación tras la artroscopia de hombro
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