Se acerca el verano y las playas se convierten en terreno de juego. El vóley playa goza de una gran popularidad. Un deporte olímpico en esencia muy similar al voleibol pero con notables diferencias, entre ellas la superficie en la que se practica.

Como datos curiosos sobre este deporte podemos mencionar que las primeras referencias sobre competiciones datan de los años 20 en las Playas de Santa Mónica (California), que en nuestro país se celebraron los primeros torneos de ámbito nacional a partir de 1988 y que debutó como deporte olímpico en los Juegos de Atlanta, en 1996.

Dedicamos este artículo a las lesiones típicas que padecen los jugadores de esta disciplina. Las más frecuentes afectan a cuatro zonas: dedos de la mano, tobillo, rodilla y hombro.

Como ya hemos citado en anteriores artículos, las lesiones se clasifican dependiendo del mecanismo de producción. Así, hay que distinguir entre las lesiones traumáticas, las derivadas de un golpe o impacto, y las denominadas por sobreuso, que están originadas por una sobrecarga. Por citar algún ejemplo, entre las primeras se encuentra una fractura producida tras una caída, mientras que una tendinitis crónica la englobaríamos en el grupo de las segundas.

Lesiones en los dedos

Los dedos de las manos son una parte muy vulnerable a sufrir lesiones entre los que practican vóley playa. Por lo general, se producen tras un golpe fuerte del balón en la punta de los dedos realizando un bloqueo, pase, remate… Entre las más comunes figuran las fracturas, luxaciones y esguinces.

Lesiones de tobillo y del Aquiles

Los saltos, caídas, cambios rápidos de dirección, etcétera, pueden derivar en torceduras, fracturas o esguinces de tobillo. Estas últimas son las más comunes.

También son habituales las que afectan al tendón de Aquiles, como por ejemplo la rotura del mismo. Una lesión que se puede producir por someterlo a tensiones excesivas reiteradas en el tiempo, por la degeneración del tejido o tras un traumatismo muy violento.

Lesiones en la rodilla

En las jugadas que conllevan rotaciones bruscas y caídas desde altura, sufren especialmente los ligamentos de la rodilla. Son cuatro: ligamento lateral interno, ligamento lateral externo, ligamento cruzado posterior y ligamento cruzado anterior. Este último, también conocido con las siglas LCA, es el más lesivo. Se rompe con facilidad cuando se somete a posiciones inadecuadas en caídas, saltos o frenadas súbitas. Esta lesión suele venir acompañada de problemas en los meniscos, otros ligamentos, etc.

Otra lesión habitual es la tendinitis rotuliana, frecuente en los deportes que incluyen saltos de forma reiterada, como en este caso, en los remates o bloqueos. También se le conoce con el nombre de «rodilla de saltador«, consiste en la inflamación del tendón que conecta la rótula a la tibia y es un buen ejemplo de tipo de lesión por sobreuso.

Destacamos además como frecuentes, las lesiones del aparato extensor de la rodilla, entre las que se incluyen la rotura del tendón del cuádriceps o del rotuliano y la fractura de la rótula o de la parte superior de la tibia.

Lesiones de hombro

Los jugadores de vóley playa realizan constantemente movimientos de las extremidades superiores por encima de la cabeza. Por ello, es frecuente que sufran problemas en el hombro, sobre todo derivados de una sobrecarga de la articulación.

Dentro de este grupo, queremos destacar las denominadas de tipo SLAP, que deben su nombre a las siglas de Superior Labrum Anterior to Posterior. Estas afectan a la parte superior del labrum o rodete glenoideo, una cápsula fibrosa que rodea la base de la articulación del hombro y que se ocupa de otorgarle mayor estabilidad.

Las lesiones del SLAP se producen generalmente tras una caída con el brazo extendido o por el uso repetitivo de movimientos de lanzamiento.

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