Septiembre es uno de esos meses elegidos por muchos para los buenos propósitos. Entre ellos, figuran los que tienen como objetivo mejorar la condición física, incrementando la actividad deportiva, realizando una dieta para combatir los excesos estivales, apuntándose al gimnasio, etcétera. Todo ello puede repercutir en la salud de nuestras articulaciones, al igual que muchas acciones que realizamos de manera cotidiana. Te explicamos el porqué.
¿Qué son las articulaciones y para qué sirven?
Las articulaciones se forman por la unión de dos estructuras rígidas como dos huesos, un hueso y un cartílago, o un hueso y un diente. Son las encargadas de permitir el movimiento del cuerpo, pero también tienen las funciones de amortiguación y de soporte.
Se pueden clasificar en función del grado de movilidad que permiten. Así podemos distinguir:
- Sinartrosis. No permiten prácticamente ningún movimiento. Están formadas por tejido fibroso, como por ejemplo las suturas del cráneo.
- Anfiartrosis. Permiten cierta movilidad. El elemento conector es el cartílago. Las articulaciones de los discos intervertebrales son un ejemplo de este grupo.
- Diartrosis. Las más conocidas, permiten una gran amplitud de movimiento. Se forman por la unión de dos huesos a través de la cápsula articular. También cuentan con un fluido denominado líquido sinovial. En este grupo se encuentran las articulaciones de la rodilla, el hombro, el codo y la cadera.
Factores que influyen en la salud de las articulaciones
La edad es sin duda uno de los grandes condicionantes del estado de las articulaciones, puesto que el paso del tiempo y el envejecimiento influyen en el desgaste de las mismas.
Otros pilares básicos son el peso y la dieta. A mayor sobrepeso, mayor carga para nuestras articulaciones. También es fundamental seguir una dieta sana y equilibrada, puesto que lo contrario puede conllevar consecuencias. Un ejemplo lo tenemos en las personas que tienen problemas de ácido úrico. El exceso del mismo tiene una relación directa con el desgaste articular. Más adelante explicaremos este problema.
Hay que evitar el sedentarismo. Nuestro cuerpo está diseñado para moverse pero a nuestras articulaciones no les convienen los sobreesfuerzos. Tal y como citábamos al principio, no vale con apuntarse al gimnasio y realizar un exceso de actividad. El cuerpo tiene memoria y no podemos someterlo de manera reiterada a esfuerzos por encima de sus posibilidades. Es importante realizar ejercicio físico moderado adaptado a nuestra condición física y con una relativa frecuencia.
La falta de potencia muscular influye en nuestra estabilidad y todo ello repercute en las torsiones articulares y en un mayor riesgo de sufrir lesiones.
Los deportes de impacto como el fútbol, el baloncesto o el running, por citar algunos ejemplos, practicados de manera reiterada ayudan al desgaste de nuestras articulaciones y esta situación puede degenerar en artrosis.
Es importante que cuides tu higiene postural en tus acciones cotidianas. Al levantarte, al estar frente al ordenador, cuando coges pesos, en las tareas domésticas, etcétera. Los malos gestos realizados de manera reiterada pueden derivar en lesiones y problemas articulares.
Problemas en las articulaciones
Entre los problemas más frecuentes podemos destacar el dolor y la rigidez articular. Ambos también son síntomas de dos enfermedades degenerativas que afectan a nuestras articulaciones: la artrosis y la artritis.
La artrosis supone la destrucción paulatina del cartílago, bien sea por envejecimiento, por un traumatismo, anomalías en las articulaciones, condicionantes genéticos, etcétera. Puede afectar a cualquier articulación, aunque las más frecuentes son las de las rodillas, manos, cadera y columna vertebral.
La artritis tiene que ver con la inflamación de las articulaciones. Esta se puede presentar de muchas formas distintas, como por ejemplo las microcristalinas.
La gota y la condrocalcinosis son ejemplos de estas últimas y tienen que ver con la acumulación de microcristales en las articulaciones, en primer lugar de ácido úrico y en el segundo de calcio. Si este exceso se produce de manera reiterada, provoca dolor e inflamación en las articulaciones.
Si padeces algún problema en las articulaciones, en Surbone podemos ayudarte. Pide cita en nuestra clínica llamando al 981 90 40 00.