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Lesiones del bíceps proximal: tendinitis y rotura

Con frecuencia recibimos en nuestra consulta a muchos pacientes con lesiones tendinosas que afectan al bíceps. Un músculo del brazo que te posibilita que puedas levantar objetos, rotar el brazo y flexionar el codo.

Cuando la zona dañada se sitúa a nivel del hombro hablamos de lesiones proximales, mientras que cuando afectan al codo, reciben el nombre de distales. Las primeras son mucho más frecuentes que las segundas. Por ello, centraremos este artículo en las lesiones proximales del bíceps, concretamente las que tienen que ver con la inflamación del tendón o con la rotura del mismo.

¿Cómo es el bíceps?

El bíceps es un músculo fuerte que tenemos en la parte delantera de la zona superior del brazo, entre el hombro y el codo. Como su propio nombre indica, posee dos cabezas. Los tendones se encargan de unir este músculo al hombro y al codo. Los proximales son los que tenemos en la parte superior del bíceps. Son dos, uno situado en la porción larga y el otro en la corta. El que une la parte inferior del bíceps con el codo se llama distal.

Tendinitis y roturas, lesiones más habituales en el bíceps proximal
Los tendones son los encargados de unir el bíceps al hombro y al codo.

Tendinitis

Una tendinitis es una inflamación de los tendones. Entre los que nos ocupan en este artículo, la más habitual es la inflamación del que está en la porción larga y cuando esta se produce se denomina tendinitis bicipital.

Es una lesión de las denominadas por sobreuso, es decir que no derivan de un golpe o traumatismo sino que están originadas por una sobrecarga. En algunas ocasiones se producen en respuesta a otros problemas del hombro tales como inestabilidad en el hombro, pinzamiento del hombro o roturas del manguito rotador.

Este tipo de tendinitis es muy común por ejemplo entre gente que practica remo, pesas, béisbol o deportes de raqueta.

Las personas que la padecen sufren dolor en la cara anterior del hombro (generalmente al levantar el brazo por encima del hombro), limitación al doblar el codo y girar el antebrazo. También es frecuente que tengan dificultad para dormir.

El tratamiento se dirige a reducir la inflamación y mejorar la función. Para ello está indicada la aplicación de frío, los antiinflamatorios no esteroideos, la fisioterapia y de manera coadyuvante (paralela) la infiltración de factores de crecimiento.

Rotura del tendón

Cuando esta tendinitis se cronifica puede derivar en una rotura del tendón proximal del bíceps. Una lesión que también puede producirse tras un golpe, una caída o por un uso intensivo del mismo. Puede afectar a la porción corta y a la larga, aunque la primera es muy poco frecuente.

Es más habitual en personas con edades comprendidas entre los 50 y los 60 años, pero también lo es entre los que practican actividades deportivas que requieren ejercicios repetitivos de flexión del codo, como por ejemplo el levantamiento de pesas.

Entre los síntomas destacamos la pérdida de fuerza y una deformidad muy notoria (músculo de Popeye). No todas las personas que la padecen sienten dolor.

El tratamiento conservador incluye reposo, aplicación de frío, antiinflamatorios no esteroideos y fisioterapia. En ocasiones es necesario realizar una intervención quirúrgica denominada tenodesis. Esta consiste en reinsertar el tendón en la región próxima al del húmero y puede realizarse mediante artroscopia o cirugía abierta.

 

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